Progresión segura en vía ferrata deportiva

Introducción

Con la proliferación de vías ferratas en Cantabria, estamos detectando una deficiente técnica de progresión entre los deportistas que se aventuran por ellas.

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Las ferratas de Cantabria pertenecen al tipo de ferratas de corte deportivo, frente a las ferratas alpinas que nos podemos encontrar, no ya en Dolomitas, sin ir tan lejos, en el Pirineo o en zonas de Aragón y Levante. Son ferratas las de Cantabria de nueva instalación y por lo tanto con un equipamiento moderno, seguro y fiable. Fácil acceso y retorno sin complicaciones.

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Esto hace que se animen a participar en estas instalaciones personas que tienen poca o ninguna cultura montañera. Sirve tan solo con ir a un centro comercial y comprar un casco, un arnés y cintas disipadoras. Podríamos contar gran cantidad de anécdotas que esta realidad crea, pero no es objeto de este artículo. Con este artículo solo pretendemos poner un poco de cordura en esta actividad, que si se hace con un mínimo de sentido común es segura y gratificante.

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Grados de dificultad de una vía ferrata

Que una vía ferrata sea segura no significa que sea fácil. Una mala elección de la ferrata por su dificultad, puede convertir a una instalación segura en una actividad peligrosa. Simplemente porque no hemos adaptado la dificultad de la vía a las capacidades nuestras o de nuestros compañeros.

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Existen varias clasificaciones de dificultad de las vías ferrata. Las más usadas y conocidas son la francesa y la austriaca.

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En general podemos decir que hasta el nivel K3/BD cualquier persona que conozca las técnicas, está físicamente capacitado para hacer una de estas ferratas. A partir de este nivel y especialmente desde el nivel K4/D se requiere cierto nivel físico para circular por estas ferratas con garantías de disfrutar del ambiente.

Sin embargo la dificultad no es el único parámetro a considerar: desnivel, horario, instalaciones técnicas (tirolinas, rapeles, puentes tibetanos, escaleras) etc. han de ser tenidas en cuenta. Damos por hecho que la ferrata está perfectamente instalada y no hay zonas expuestas o que requieran maniobras de cuerda extra.

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Material necesario

El material necesario individual es sencillo: casco, arnés de cintura y cintas disipadoras. A esta lista podríamos añadir calzado adecuado (botas de montaña tipo cleta), guantes de ferrata o de bici, y ropa resistente y apropiada a las condiciones atmosféricas. No está de más que en el grupo alguien lleve un pequeño botiquín, una cuerda y elementos de autosocorro: polea minitraxion, que se puede sustituir por una polea sencilla, un bloqueador tipo Tibloc o similar y varios mosquetones de seguro. No hay que decir que además de llevarlo hay que saber qué hacer con ello, pero esto será objeto de otro artículo.

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Elección del material

La elección del material con que equiparnos también tiene su importancia. Podemos ir a un centro comercial a comprar unas cintas disipadoras, pero recordad, la persona que nos atienda, además de tener un sueldo basura, trabajar mil horas, tendrá a su cargo la sección de pesca submarina, montaña y trail running, por lo tanto no está de más tener claro qué necesitamos.

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Elegir el arnés y el casco es relativamente sencillo, solo hay que prestar atención a las tallas y considerar que lo podemos usar con un extra de ropa (ropa de abrigo en el caso del arnés, y gorro de lana en el caso del casco) A partir de aquí, dependerá de lo que nos queramos gastar y del uso que le vayamos a dar. Si somos ferrateros ocasionales, gastarse más de 45 € en un arnés o un casco es un ejercicio de consumismo.

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Si no sabemos qué hacer con un casco, aparte de ponérnoslo en la cabeza en la dirección correcta, mejor un casco de carcasa de plástico que un casco de espuma expandida. Lo mismo sirve para el arnés, un arnés sencillo con el mínimo de hebillas, personal e intransferible.

Cintas disipadoras

Este material sí que merece un pequeño análisis. Partimos de la base de que disipadoras si o si, olvidaros de las cintas Daisy, cabos de anclaje de espeleo etc., etc., etc.

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¿Por qué cintas disipadoras? Buena pregunta. Las ferratas deportivas de Cantabria (y de cualquier sitio) cuentan en general con dos elementos: un elemento de seguridad (línea de vida) y elementos de progresión varios (peldaños, grapas, piruletas, barras, presas naturales o no, etc., etc.). La seguridad por tanto depende, en primer lugar de nosotros mismos, y después de la línea de vida, que no es más que un cable anclado a la pared cada cierta distancia (3 m. en vertical o 5 m. en horizontal generalmente). Esto supone que en caso de caída entre anclajes, la situación más desfavorable nos somete a una situación de factor 5 de caída.

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Un pequeño ejercicio de física elemental nos permite calcular la energía que se puede presentar. En este sistema físico sencillo, supuesto que no existe rozamiento en la caída, que el deportista no se agarra desesperadamente al cable, que no pega con los dientes en los peldaños etc., etc. Podemos estimar que se produce un cambio de energía potencial (debido a la altura de caída) por energía cinética. Así tenemos que para un deportista de 80 kg que cae desde una altura máxima de 5 m. (1+3+1) y una gravedad de 9,8 presenta una energía de Ep =masa x gravedad x altura = 80 x 5 x 9,8 = 3.920 Kg.f., o sea una hostia de pánico. El cable que utilizamos de diámetro 10 en acero inoxidable tiene una carga de rotura de 5.190 kgf. Así que tranquilos, al suelo no os vais. Sin embargo, los mosquetones rompen a 2.500 kg.f y vosotros rompéis a 1.200 kg.f. aproximadamente. Por lo tanto alguien tiene que disipar esa energía que nos impida partirnos por la mitad o que el cabo de anclaje salte hecho pedazos. Vale, PUES PARA ESO ESTÁN LAS CINTAS DISIPADORAS DE ENERGÍA.
Existen dos tipos de cinta, las de placa y las de desgarro. Ambas cumplen la norma, y ambas comienzan a trabajar cuando la energía que las llega supera los 600 kg. Por lo tanto «solo» vamos a vernos sometidos a 600 kg.f.

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¿Que disipadoras elegir, placa o cinta de desgarro? Bueno, tenéis que tener claro que si lleváis cintas de desgarro y os caéis y las cintas se desgarran, os habéis quedado en mitad de la vía, con un susto de muerte y sin cintas disipadoras. El fabricante contento, a la bajada, si no os tiemblan las patas demasiado os venderá otro juego. Con las de placa, además del susto, si el cordino no se ha desgarrado, siempre lo podéis recoser por la placa y tras recuperar las 80 pulsaciones de rigor, continuar con la actividad. Yo personalmente no compro nada que esté diseñado para romperse. Por lo tanto prefiero la de placa. Manías a parte, si lleváis cintas de desgarro, alguien del grupo ha de llevar otro juego extra por si las moscas. En ausencia de esto y antes de llamar gratuitamente al 112 podéis continuar la actividad utilizando esa cuerda que supongo alguien lleva, e ir en «ensamble» atados a un compañero (que se fie de vosotros).

Progresión por la ferrata

Con ir «full equip» no es suficiente. Doy por hecho que habéis elegido la ferrata adecuada a vuestras fuerzas y experiencia, y a la del compañero más «débil». Que os habéis documentado sobre el acceso, retorno, dificultades, desnivel, previsión meteorológica, habéis madrugado, porque madrugáis ¿verdad? Entonces estáis preparados para comenzar la actividad.

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Así tras equiparos, revisar vuestro equipo, el del compañero y que el compañero revise el vuestro, comienza la marcha.
Siempre las disipadoras conectadas al arnés alondradas con su propia cinta.

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Las disipadoras actuales están diseñadas para progresar en «Y» esto significa que siempre han de ir los dos mosquetones anclados a la línea de vida.

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Un mosquetón con el gatillo hacia afuera y el otro hacia adentro, o en su defecto los dos gatillos hacia afuera. Es un error grave que uno de los cabos vaya anclado en otro sitio que no sea la línea de vida:

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Durante la progresión siempre debemos mantener entre nosotros y la persona que nos precede al menos un anclaje. Así, si cae, para contra el anclaje. Si tenemos dudas de la capacidad de la persona que va delante nuestro, mejor dejar dos anclajes, si cae no nos caerá encima.

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Es importante que la cinta conectora vaya por encima de uno de nuestros brazos, así en caso de caída no nos liamos con ella y se posiciona inmediatamente para trabajar.

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Al llegar a un anclaje intermedio, debemos pasar un mosquetón y luego otro, de tal forma que siempre estemos asegurados a la línea de vida.

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Esta maniobra la debemos hacer lo antes posible, recomendablemente cuando el anclaje esté a la altura de nuestros ojos, y con un brazo extendido y el otro libre para ejecutar el cambio. Esta posición con el brazo extendido hará que nos cansemos menos.

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Llevar un tercer cabo de anclaje nos va a permitir descansar anclados a un peldaño y así poder descansar los brazos y las manos. También se puede hacer sobre las cintas disipadoras. Algunas cintas disipadoras ya vienen preparadas para colocar un mosquetón, que recomiendo sea simétrico y de acero, pues al «escurrirse» sobre un peldaño no sufrirá y tiene la embocadura lo suficientemente ancha para que pase el peldaño.

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Pero además este tercer cabo de anclaje nos va permitir pasar un fraccionamiento colgando de él, cuando el cambio de los mosquetones sea en una zona muy vertical o extraplomada, y así tener las manos libres para la maniobra, sin tener que recurrir a la sufrida técnica del «sobaquillo».

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Ya solo queda ir progresando al ritmo que nuestro cuerpo y mente recomiende, sin tirar piedras y bebiendo de vez en cuando. Atentos siempre a los cabos de anclaje de las cintas disipadoras que tienden a ir liándose unas sobre las otras. En cuanto estéis en una posición cómoda y segura soltar un mosquetón y desliar las cintas.

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Ajustar el ritmo de progresión a vuestras capacidades y las de vuestros compañeros sin llegar a la extenuación. Lo que os agotará no es el esfuerzo físico en sí, si no el miedo y un corazón permanentemente pasado de revoluciones. Y recordad el objetivo de estas actividades es disfrutar, no hay que demostrar nada a nadie. Espero veros pronto por las ferratas del Alto Asón

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fdo. Martín González Hierro (01/05/2014)
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El artículo también fue publicado en nuestro blog de Turismo Activo en el Alto Asón